martes, 8 de enero de 2019

"ROMA", DE ALFONSO CUARÓN


Sujeto a especiales peculiaridades que lo hacen difícil de definir sociológicamente, el trabajo doméstico ha sido siempre una papa caliente que ningún legislador quiere tener en sus manos durante mucho tiempo. Ajenas nuestras sociedades al concepto de mayordomía, el ejercicio de la labor doméstica corre a cargo de mujeres, la mayoría de extracción popular, eufemismo con el que se suele aludir a lo que simplemente tendría que llamarse población pobre. Se trata de un trabajo complejo, dada la ingente cantidad de detalles que definen el mantenimiento diario de una casa: cocina, limpieza, orden, cuidar niños (si fuera el caso). Pero además implica por parte de la trabajadora una injerencia involuntaria en la intimidad del patrón, entendiendo con este término la familia entera a la que sirve. El manejo de esta fortuita intromisión es un punto importante de evaluación de la calidad del trabajo doméstico, en tanto conlleva la responsabilidad de la honestidad; responsabilidad amplia que no se circunscribe solo a lo material -el respeto y cuidado de lo que no le pertenece-, sino también -de manera muy necesaria- a la discreción respecto a los asuntos familiares que le son conocidos. Las trabajadoras de veinte puntos en todas estas materias son candidatas a ganar un lugar dentro de la familia patronal, al cual suelen acceder de muy buen gusto y con profundo sentido de pertenencia.

El cineasta mexicano Alfonso Cuarón creció en el seno de una familia cuya servidumbre respondía a la descripción del párrafo anterior, donde destacaba una sirvienta a quien conocían como Libo, que recibe la dedicatoria de su última película Roma. Lo digo de una vez: una extraordinaria obra maestra, no ahorro adjetivos. Se trata de un relato imponente, conmovedor hasta las lágrimas, que describe vigorosamente el drama íntimo de una persona cuyo destino fue el silencio. He leído y oído algunos de los variopintos comentarios que esta película ha recibido; en definitiva, no deja indiferente a nadie. Pero algunos de ellos me desconciertan.

Desde su propio nombre, la película comienza en clave de homenaje. Aprovechando la coincidencia histórica de haber crecido en una colonia mexicana llamada Roma, el cineasta le hace un guiño con su título a la inmortal obra de Rossellini, Roma, ciudad abierta, guiño que extiende al punto de presentar a los 35 minutos -sin motivación aparente- un desfile militar, con música marcial incorporada, que recuerda la escena con la que arranca la película del italiano. Pero es que la Roma de Cuarón es neorrealismo puro: desde la impecable e impactante fotografía en blanco y negro (realizada por el propio Cuarón), la improvisación constante en el set de filmación comentada por los mismos actores, hasta el detalle de usar actores no profesionales, como la propia protagonista Yalitza Aparicio (en el papel de la sirvienta Cleo, sin duda la representación de Libo), quien sorprende con una ejecución profunda y esencial, que le ha valido no pocos reconocimientos.

La película también se cansará de recibir premios. Ya ganó el León de Oro en Venecia, el Premio del Público en Toronto y acaba de ganar el Golden Globe como mejor película en lengua extranjera. (Vale decir que la película mezcla español y mixteco, el lenguaje indígena de Cleo y su compañera de servicio Adela, representada por Nancy García.) En este último evento Cuarón se alzó con la estatuilla al mejor director. Causará mucha extrañeza que no se repita esta combinación en la entrega de los óscares, el próximo 24 de febrero.

De la película he oído que es preciosista. No me lo parece: simplemente es preciosa. Preciosismo es una acusación que habla de pretensiones no alcanzadas, pero cada cuadro de Roma es una obra maestra de fotografía, que enfoca por igual personalidades, dramas íntimos y el dolor de un país sumido en la violencia de los 70 que fue gestándose desde finales de los 60. La acción de la película transcurre justo entre los años 70 y 71. Su protagonista, Cleo, lleva en sí el peso de todos los dramas, incluido el de su patrona Sofía (Marina de Taviras), víctima -igual que ella- del machismo mexicano, idéntico al machismo de todas las sociedades machistas. Ese machismo tan bien representado en la escena de la demostración de artes marciales de Fermín (Jorge Guerrero), el novio de Cleo, completamente en pelotas, como para que el espectador no pueda evadir la identificación fálica del tubo de cortina usado como sustituto del bastón de karate. (Escena alucinante ésta, pero no la única del film. En un incendio forestal destaca un hombre en disfraz cantando en Noruego. Seguro estoy de que será muchas veces copiada.)

Frente a su drama, Sofía al menos tiene la posibilidad de gritar, de lamentarse en voz alta o de regañar injustamente a Cleo ante su propia impotencia. La mierda del perro -protagonista de tantos momentos- será su pretexto para esta descarga emocional. Pero a Cleo solo le queda el silencio, ese silencio que le da la fortaleza de aguantar su propio calvario; fortaleza representada también de manera magistral por Cuarón en una escena donde Cleo puede cumplir un reto del que no son capaces atletas altamente entrenados por la CIA estadounidense, entre los cuales está el propio novio de Cleo, quien le hará de nuevo a ésta otra demostración marcial, pero ahora en claro tono de amenaza. Luego, en la última oportunidad en que ambos se ven las caras Fermín porta un arma de fuego, que muestra con vacilación a Cleo, en el instante en que es cómplice de un asesinato político brutal. La fina ironía de Cuarón se luce en esta escena, pues en ella Fermín porta una de las cursis franelitas "Amor es..." tan populares en los años 70; la que él usa dice "Amor es: recordar tu primer beso".

Solo en un momento de la película vemos a Cleo emitir una queja emocional. Lamenta y confiesa el rechazo a su derecho a la maternidad, en contraste con su acto heroico en beneficio de hijos ajenos, acto productor de la bella fotografía del abrazo colectivo que definió el afiche más conocido de la película. Previo a esta demostración de valentía de la sirvienta, ya Sofía había manifestado a sus hijos, con cierta alegría melancólica, la decisión de cambiar su vida radicalmente para enfrentar su propio conflicto. Sabe que tiene derecho a ello. Cleo solo sube las escaleras para tender la ropa. Su futuro sigue siendo el servicio. En el aire vemos dos veces el avión que ya conocemos de repetidas escenas anteriores. Hay vida fuera de este cosmos familiar... en esa vida externa fluyen otros dramas.

28 comentarios:

  1. Excelente!Esto es Roma de Cuaron... !Somos Una y Todas a la Vez!

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  2. Saludos... Tampoco voy ahorrarme adjetivos, EXTRAORDINARIO este post Douglas.

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  3. Querido Douglas, excelente nota sobre esta película de Cuaron
    .la Vi ayer, con muchas expectativas pero no sé por qué sentí que me contaron una historia que me pareció leerla mejor en los ensayos de Carlos Monsivais. Es cierto lo del neorealismo, pero con una historia algo deshilachada. Demasiado previsible. Creo que hay quehacer un ejercicio como el tuyo para comprender el concepto de la misma. No c reo que sea una obra maestra ni mucho menos extraordinaria. Puede que sea un homenaje a Antonioni, largas escenas e innecesario dolor que no se si como el parto de Cleo. No sé, improviso estas líneas para saludarte y medio hablar de una película que recibe premios... Vistes Felices Lazarus?

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    1. Creo que si fueses Mujer entender+ias la SORORIDAD de la Historia que entreteje la vida de Mujeres de diferentes clases y mismo generp con la Maternidad como destino naturalizado como "instinto" que nos une en sentimientos.

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    2. Gracias por tu valioso comentario. Julio. Definitivamente la vimos con distintas miradas. La siento una película muy vigorosa y por eso no entiendo la acusación de "lenta" que algunos le hacen. Uno espera que el dolor siempre sea innecesario, pero es un tema fílmico entre otros. Y sí: se trata de una película sobre el dolor... y sobre el silencio.

      No he visto Lazarus, pero me la han recomendado mucho. A lo mejor la vea esta misma tarde.

      Un abrazo, amigo.

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  4. Douglas excelente comentario. Esta película me conmovió hasta las lágrimas. Para mi es una obra maestra, sin mayores efectos toca temas delicados con gran delicadeza. Clases sociales, la mujer en la familia, la sociedad mejicana y sus contraste y ese afecto de las nanas que tanto vivimos los de mi generación. Gran actuación. Merecedora de los premios recibidos.

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    1. Gracias Marina. Me encanta tu comentario. La vimos con los mismos ojos y me parece que con las mismas motivaciones. Un abrazo.

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  5. Excelente comentario de la película Roma que me motiva a verla, creo que la intencion será la misma.

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  6. Seguro, Siria. Gracias por el comentario.

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  7. Douglas,Gracias por esta tu acertada critica. Igualmente me sentí con la necesidad de hablar de esta dado lo profundo q me Conmovió.
    Complementando tus comentarios en mi personalisimo caso fue un calco a mi infancia, tengo la misma edad del Diector, dado q mi Identificación afectiva fue con los niños. Todo el hiperelismo de detalles q Cuarón empotró en su obra despertaron recuerdos q creo Mi mente quería mantener olvidados por la nostalgia por la pérdida de la etapa más bella de mi vida: la niñez y todos los iconos de sus recuerdos. Por decir unos... la abuela, el escalectrix, las idas a la playa, la secreta tensión madre-padre, la ida al cine y ver al padre con otra... en fin, coincido en todo contigo per mis personajes mayores fueron los niños. Gran abrazo, s así llueve q n escampe.

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  8. En en fondo creo q es una película q va Más sobre los niños q sobre Más mujeres protagonistas. Yo la leí como un retrato de los niños en la etapa más triste de su vida; retrató hecho a travez de los ojos de la sirvienta. Algo así como Las Meninas de Velázquez.

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    1. Hermoso comentario, mi capitán. Ahora el conmovido soy yo. Un abrazo, amigo. Siempre en el afecto.

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  9. Profesor, excelente la prosa y el análisis no le va en zaga. La vi. Me gustó. Mucho. Pero… para calificarla de excelente me tiene que pasar que desde el primer minuto hasta el último tengo que olvidarme que estoy viendo una película. No me pasó. Me salí varias veces y curiosamente una de ellas fue en la escena de la playa. Tal vez por previsible. Le quitaría media hora. Me sobró el incendio. La dejaría el blanco y negro. Sin dudas. Los “plano secuencia” impecables y la ambientación de los 70 sublime en todos los detalles. Un aspecto que me gustó mucho (y pasa algo desapercibido) y que describe muy bien a la familia es la entrada de los carros al estacionamiento de la casa. Me pareció un toque personal de Cuarón que me hizo reír bastante (en voz baja, claro). Puntuación: 4,6178976532 sobre 5.

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    1. Caramba, Ricky, muy precisa tu crítica. Digna de un ingeniero. Salvo por lo de quitarle media hora, coincido contigo en lo esencial. En particular, de la escena del incendio me pareció sublime lo del tipo cantando; a lo mejor tienes razón en lo de redundante o innecesaria, quizás, pero me gustó tanto que la escena la he repetido varias veces. Abrazos, amigo. Saludos a los tuyos.

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  10. Saludos mi apreciado Douglas, MATEMATICAS PARA OIR para quienes compartimos tu excelsa pasantía radiofónica, placer leerte y disfrutar de tu pasión por el cine. Confieso no haber visto la película, pero luego de la extraordinaria descripción no me queda otra que verla bajo la premisa de tu experta opinión. Me agrada un montón ser parte del selecto grupo de tus seguidores. Se le aprecia un montón mi dilecto amigo.

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    1. Gracias, Cheo, por tu generoso comentario. Sé que disfrutarás la película cuando la veas.

      Un abrazo.

      (Asumo que eres Cheo Noguera por la alusión a nuestro micro radial, aunque no te identificaste.)

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  11. Esto es muy grave. Por una vez estoy totalmente de acuerdo con Douglas!
    hahaha
    Creo que además es de saludar en que en esta época de superhéroes, superproducciones , efectos especiales y demás aditamentos una película tan minimalista levante atención y polémica. Tal vez no todo esté perdido.

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  12. Ja, ja, ja. Gracias amigo por saludar nuestras afectuosas contradicciones. Tu comentario además me parece tan acertado: ¿por qué no volvemos a ver cine y dejamos atrás los fuegos de artificio?

    Un abrazo.

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  13. Mi querido Douglas usted escribe como un matemático dónde nada sobre y nada falta. Todo está calculado. Tendré que darle otra mirada. Un abrazo

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  14. Excelente reseña Douglas. Esta película parece tener este especial efecto de no dejar a la gente indiferente. Yo me identifiqué con la trama desde el primer momento, tal vez por esas numerosas evocaciones que me produjo sobre mi infancia

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    1. Cierto... toca fibras, sobre todo de las experiencias personales de muchos de nosotros, los que conocemos -a veces- más de una Cleo (o Libo). Es posible que esta experiencia personal (o la falta de experiencia, también) haya influenciado las apreciaciones particulares.

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  16. Querido Douglas, aún no he tenido la oportunidad de verla, pero ya de solo leer tu reseña siento mucha curiosidad.
    Siempre es un placer leerte.
    Un abrazo,
    Andrea Y. / Liew Vöreva

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  17. Gracias, Andrea, por tu comentario. Muy motivador. Me cuentas cuando la veas. Sé que te va a gustar.

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