Con total humildad y una buena dosis de humor, esta pléyade de pensadores le dice al espectador que no se preocupe por no comprender, que ellos están igual que él, aunque tengan la posibilidad de entender la matemática que soporta a las ideas.
Cine-mática
Cine-mática (así, con el guion separador) es un título que se compone de dos intenciones que animan mi espíritu: por un lado, el gusto por el cine; por el otro, el disfrute de la matemática que, en años recientes, se ha orientado hacia su historia. Pudiera separarlas pero tienen sus puntos de enlace que me gustaría explorar en algún momento, sin tener que dar explicaciones adicionales. En todo caso, con ellas no corro riesgo de ser acusado de bigamia si las disfruto simultáneamente.
viernes, 29 de septiembre de 2023
UN VIAJE AL INFINITO
Con total humildad y una buena dosis de humor, esta pléyade de pensadores le dice al espectador que no se preocupe por no comprender, que ellos están igual que él, aunque tengan la posibilidad de entender la matemática que soporta a las ideas.
viernes, 2 de diciembre de 2022
TRUQUITOS, MAÑAS Y MALAS COSTUMBRES EN EL APRENDIZAJE DE LA MATEMÁTICA
sábado, 5 de noviembre de 2022
UN POLVO DESAFORTUNADO, PERO UNA PELÍCULA AFORTUNADA
Confieso que soy muy ambiguo en mi relación con la red social Twitter. Todos los días la abro por lo menos una vez, pero no son pocas las oportunidades en que he tenido unas ganas inmensas de cerrar mi cuenta y olvidarme de eso. Un fenómeno que no puedo pasar por alto es que hay algunos tuiteros de una mediocridad excepcional (¿oxímoron?) que arrastran unos números casi millonarios de seguidores. Pero creo que Twitter abre una ventana hacia ciertos aspectos de lo humano que me parecen escabrosos hasta en su carácter de inefabilidad, a menos que tal carácter inefable no sea otra cosa que mi incapacidad de descripción de un fenómeno sociológico harto complejo.
En estos días en que se inventan tantos neologismos (muchos de ellos francamente eufemismos o barbarismos) se me antoja proponer la palabra catosavonismo, como una forma abreviada -casi apocopada- de la conjunción de Catón y Savonarola que muestran algunos cuantos tuiteros. Los catosavonistas expresan sus convicciones morales exentos de dudas; para ellos escribir en Twitter es equivalente a escribir un código en piedra. Muchos muestran en sus epígrafes de presentación sus profundas convicciones religiosas, pero manifiestan una exultante alegría ante la muerte violenta de un delincuente o de un líder político que detestan. Si estos hechos vienen acompañados de un video escabroso mucho mejor para su "productividad" de comentaristas.
La película, excelente, tiene una estructura narrativa deliciosa, separada en tres actos. El primero -un paseo turístico por Bucarest, que nos muestra tanto lo bello como lo feo de la ciudad- nos presenta el problema que genera el drama de la protagonista. El segundo -con textura documental- nos da una serie de definiciones (en estricto orden alfabético) de los términos político-sociológicos que parecieran definir este primer cuarto del siglo XXI; la mordacidad de algunas definiciones arranca carcajadas, pero el profundo humor negro que las envuelve nos deja cierto amargor; provoca anotar algunas de las citas que aparecen en este acto para preservarlas. El tercer acto fue el que me recordó a Twitter pues una caterva catosavonista, sin preparación de ninguna especie para la realización de un juicio, procede al mismo contra una persona que, con sus escasas fuerzas, debe responder a una maquinaria que está dispuesta a triturarla moralmente. No les comento nada del final porque es delicioso.
La mordacidad crítica del filme no deja títere con cabeza en ningún aspecto social. La iglesia y el ejército reciben lo suyo de manera despiada, pero la conducta ciudadana (el ambiente es de plena pandemia: los personajes andan con tapaboca y orden de distancia social) tampoco es dulcificada: algunas infracciones y abusos de tránsito me hicieron preguntarme si estaba viendo una película rodada en Bucarest o en Barquisimeto. Imagino que esto podría, más bien, envalentonar a nuestros tantos abusadores vernáculos.
Hay en la película unas cuantas escenas de sexo explícito tipo porno duro. Y lo comento por dos razones: una para correr a cualquier moralista que se haga la cruz ante la noticia. La otra es porque algunos de los que se persignan no pueden evitar la tentación de verla, una vez que lo saben. Eso sí, nadie que la vea quedará indiferente.
martes, 5 de julio de 2022
LA MEDALLA FIELDS 2022
Este año 2022 es el año del mundial de fútbol, evento de cuyo conocimiento escapan muy pocos seres humanos. Pero cada año de mundial de fútbol ocurre un evento cuya implicación en nuestra vida es inconmensurable y, posiblemente, inefable, pero cuyo conocimiento corre suerte inversa al deportivo. Se trata del conferimiento de la medalla Fields, la distinción más alta que puede recibir un matemático en su vida por la importancia de su obra en la materia.
Al igual que en 2014, este año en ese cuadro de honor está una mujer: es la segunda vez en la historia que sucede.
A continuación les muestro mi traducción de la página de la Unión Matemática Internacional (UMI o IMU, si la prefieren en inglés) con el resumen de la obra de estos pensadores que los hizo acrredores a tan alta distinción. Las fotos también fueron obtenidas de la misma página.
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Maryna Viazovska (Ucraniana, 1984)
Por la demostración de que el reticulado E8 es el empaquetamiento más denso de esferas idénticas en 8 dimensiones, además de contribuciones a problemas extremos relacionados y problemas de interpolación en análisis de Fourier.
June Huh (Coreano-Estadounidense, 1983)
Por llevar las ideas de la teoría de Hodge a la combinatoria, la prueba de la conjetura de Dowling-Wilson para reticulados geométricos, la prueba de la conjetura de Heron-Rota-Welsh para matroides, el desarrollo de la teoría de polinomios lorentzianos y la prueba de la conjetura fuerte de Mason.
James Maynard (Británico 1987)
Por contribuciones a la teoría analítica de números, que han conducido a grandes avances en la comprensión de la estructura de los números primos y a la aproximación diofántica.
Hugo Duminil-Copin (Francés, 1985)
Por haber resuelto problemas de larga data en la teoría probabilística de transiciones de fase en física estadíatica, especialmente en dimensiones tres y cuatro.
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Observen las fechas de nacimiento: todos menores de 40 años. Es un requisito para aspirar a ese premio.
(Si quieren algo más de detalle sobre la medalla Fields, pueden consultar un artículo al respecto en este mismo blog.)
lunes, 20 de junio de 2022
BUENA SUERTE, LEO GRANDE
miércoles, 8 de diciembre de 2021
"EL ÚLTIMO DUELO" DE RIDLEY SCOTT
En todo juicio sobre violación sexual un punto muy preponderante para jueces, jurados, abogados y -los nunca faltantes- espectadores morbosos es la posible colaboración de la mujer en el acto de violación. Casi podría decirse que todo juicio de este delito deriva más en buscar las conductas femeninas supuestamente generadoras del mismo que de analizar la fechoría como tal.
Si alguna película retrató esta situación con lujo de detalles fue aquella inolvidable Acusados de Jonathan Kaplan, en la que una excelente Jodie Foster (ganadora del Óscar y del Globo de Oro, por su actuación en ella) pasa de víctima a victimaria, por su "provocación" de la violencia.
El último duelo, la más reciente película de Ridley Scott recoge el tema nuevamente, pero esta vez con la escena situada en la Edad Media, en la segunda mitad del siglo XIV. Puede ser que con esta película, quiera decirnos Ridley Scott que no es mucho lo que hemos avanzado en la materia. Salvo quizás las terribles penas a las que se arriesgaba la mujer, ella siempre ha llevado el hándicap de la sospecha de provocación. Y, lamentablemente, podrían ser sus propias congéneres femeninas quienes dejen las dudas más profundas al respecto.
Con un guion interesante -de Matt Damon, Ben Affleck y Nicole Holofcener- que nos cuenta la historia principal tres veces, desde los puntos de vista de tres protagonistas distintos, al estilo de Kurosawa, creo reconocer también en la película la influencia de Sam Peckinpah, sobre todo en la escena de la violación, la cual me hizo recordar la de Los perros de paja que, por su ambigüedad, tantos calificativos de misoginia dejó caer sobre el californiano. Por supuesto que Scott no los recibirá, puesto que manejó muy hábilmente cada punto de vista.
La puesta en escena es impecable, los escenarios magníficos y las actuaciones hacen un juego extraordinario con el todo, en el que el enfrentamiento de tres hombres (dos contra uno) producen un suspenso permanente en el espectador. Un cínico conde Pierre d'Alençon (Ben Affleck), descarga toda su repulsión sobre el caballero Jean de Carrouges (Matt Damon), apoyado en el arribista Jaques Le Gris (Adam Driver), quien inicialmente es amigo del segundo, para pronto traicionar la lealtad que le debía. La presencia de Marguerite (Judie Comer) endulza la pantalla ante tanta violencia con un rostro inmensamente bello y luminoso.
Parece que lo mejor de las productoras quedó para el fin de año. Disfrútenla.
domingo, 31 de octubre de 2021
"LAMB": DESBORDE DE AMOR ANTE EL ABSURDO
La mitología nórdica -tan cara a Jorge Luis Borges- sustenta su universo divino sobre dioses o seres mitológicos con apariencia esencialmente humana. Posiblemente algunos cuernos o alas nieguen lo rotundo de la afirmación pero, más allá de las desproporciones que nos muestra un espectro que va desde trolles (gigantes) hasta elfos (enanos), lo humano es la marca distintiva de todos estos seres. No sucede igual en el mundo de lo grecorromano, puesto que seres biformes como el centauro o el fauno, disuelven lo humano en una morfología bastante híbrida. (No menciono la multiformidad de Pegaso, pues carece justo de lo humano.)
Y es exactamente esa aparente escasez de recursos lo que produce la sorprendente paradoja que sirve de sustento argumental a la película. Porque, para poder hacer entender su premisa fílmica, Johánson se obligó a recurrir a su experiencia holliwoodense en el manejo de efectos especiales (Oblivion, 2013; Rogue One: Una historia de Star Wars, 2016; La guerra del mañana, 2021.) creando un ser mitológico que, como pasa con toda mitología, viene a cumplir un deseo o necesidad humana que parece lejana, si no imposible.
A María (Noomi Rapace) e Ingvar (Hilmir Snær Guðnason) los desuela el no tener hijos, producto de una pérdida cuya razón está vedada al espectador; tan solo una cruz da memoria de ello. Al lado de su dolorosa infertilidad, las ovejas que cuidan y les sirven de sustento disfrutan de una fiesta reproductiva casi permanente. Uno de estos partos, de resultado inesperado, ilumina en María la solución a su estado de desolación y, cual Eva en el Paraíso, convence a su Adán (Ingvar) de comer la fruta que -contrario a sus predecesores- aún no saben que está vedada.
Comienza así una vertiginosa historia de amor parental regida por el absurdo y el horror, de la que los únicos asombrados testigos son el perro y el gato de la familia, presencias constantes e inquietas en toda la película: parecieran oprimidos por el mensaje que no pueden hacer llegar a sus dueños. Pero los padres, embriagados del amor satisfecho, están demasiado ciegos para ver el horror del espectador y de sus domésticos compañeros. Tan ciegos que María decide destrozar, por la vía más violenta posible, el aviso con el que la Naturaleza le expone su disparate.
Justo en el momento en que María apela a la violencia extrema, llega una inesperada -pero también aparente- solución fílmica con el arribo de Pétur (Björn Hlynur Haraldsson), hermano tarambana de Ingvar, de quien llegamos a sospechar una antigua relación sentimental con la propia María. Pétur comprende la insensatez en la que han caído su hermano y su deseada cuñada, pero también entiende las razones de ambos para sucumbir a la inconsciencia. Por eso, aunque lo intenta, no alcanza a realizar la propia acción que María, sin querer, le mostró. Su frustrado intento da paso a la demostración de una ternura no menos incoherente que la de sus parientes.
La película se desenlaza de la misma absurda manera. De nuevo la mitología parece decirle a María que la Naturaleza siempre va a ser más fuerte que la voluntad de dominio del Hombre, y que sus actos contra ella en algún momento reciben el debido cobro. La soledad de María -y su consiguiente desolación- es ahora absoluta y total.
Estamos ante un producto fílmico deslumbrante: tanto Valdimar Jóhannsson como Noomi Rapace han sido premiados por su trabajo en distintos festivales. Pero todavía le queda camino por recorrer y no faltarán reconocimientos posteriores. Los comentarios que pueden leerse de ella hablan de espectadores atolondrados por la presencia de lo inexplicable. Lo cierto es que todo el que la ve queda tocado de alguna manera, nunca indiferente.