viernes, 14 de junio de 2024

BORGES, EL INFINITO Y EL AJEDREZ

 


Los lectores de Borges conocen su afición por el tema del infinito, asunto que manejaba con pericia a la hora de redactar sus  espectaculares ficciones o sus asombrosos ensayos. El argentino conocía la matemática del infinito en su parte definitoria y no le eran ajenas las teorías primarias de Georg Cantor.
 


 

Menos frecuente en su literatura es el tema del ajedrez, aunque la palabra se consigue en la obra en varias oportunidades. El ajedrez da para aproximarse al infinito por diversas vías, una de ellas la de los grandes números como, por ejemplo, la cantidad de granos de trigo que supuestamente pidió el inventor del juego a un rey imprudente y poco dado a analizar.

Pero hay un poema de Borges que nos enfrenta al infinito desde una atalaya sorprendente: la de ignorar el argumento aristotélico-tomista del primer motor. Para algunas mentalidades religiosas es herético. El poema en cuestión se llama precisamente "Ajedrez". Consiste en dos hermosos sonetos; lo comparto:


I
En su grave rincón, los jugadores/
rigen las lentas piezas. El tablero/
los demora hasta el alba en su severo/
ámbito en que se odian dos colores.

Adentro irradian mágicos rigores/
las formas: torre homérica, ligero/
caballo, armada reina, rey postrero,/
oblicuo alfil y peones agresores.

Cuando los jugadores se hayan ido,/
cuando el tiempo los haya consumido,/
ciertamente no habrá cesado el rito.

En el Oriente se encendió esta guerra/
cuyo anfiteatro es hoy toda la Tierra./
Como el otro, este juego es infinito.

II
Tenue rey, sesgo alfil, encarnizada/
reina, torre directa y peón ladino/
sobre lo negro y blanco del camino/
buscan y libran su batalla armada.

No saben que la mano señalada/
del jugador gobierna su destino,/
no saben que un rigor adamantino/
sujeta su albedrío y su jornada.

También el jugador es prisionero/
(la sentencia es de Omar) de otro tablero/
de negras noches y de blancos días.

Dios mueve al jugador, y éste, la pieza./
¿Qué Dios detrás de Dios la trama empieza/
de polvo y tiempo y sueño y agonía?

2 comentarios:

  1. ¡Qué interesante! No conocía ese poema. Gracias por la publicación. Tampoco había hecho la relación del ajedrez con el infinito.

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    1. Gracias por el comentario. Lástima que no te identificaste.

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