jueves, 7 de febrero de 2013

Anécdota imposible en "Lo imposible"

 Cuando yo era chamo, en un San Felipe muy tranquilo de mi tranquilo y casi bucólico estado Yaracuy  (bastante distintos a los actuales, por cierto) había en la sexta avenida con calle 11 un cine llamado Tropical, que tenía techo hasta la mitad de la sala y la pantalla estaba al aire libre. Recuerdo que al proyeccionista del Tropical lo llamaban con un sobrenombre: Capirulo.

Una de las características del Tropical era que pasaba las películas más viejas que llegaban a la ciudad, lo que hacía que las cintas tuvieran algo dañadas las ranuras de transporte, por lo que la cremallera del proyector algunas veces trababa la película que -al estar en contacto con la lámpara de proyección- se quemaba, lo cual era perfectamente visible en la pantalla.

Lo cierto era que cada uno de estos accidentes se los cobraba el público a Capirulo, haciendo especial énfasis en el recordatorio de su progenitora. Éste, que ya conocía a todos los asistentes al cine, solía identificar a sus agresores verbales y, desde arriba en su cuartucho de proyección, profería, a su vez, amenazas con nombre y apellido, lo que traía como consecuencia que los nombrados salieran casi al presentir la aparición de la palabra FIN o la frase THE END en la pantalla.

Todo, todo... muy a lo Cinema Paradiso.

Y si llegaron hasta aquí con la lectura, sin fastidiarse, les comunico que recientemente, nada más y nada menos que en Box Cinema, del Centro Comercial Babilon en Barquisimeto me sucedió esta imposible experiencia viendo justamente Lo imposible, la película sobre el tsunami tailandés de 2004, protagonizada magistralmente por Naomi Watts.

Fue toda una sorpresa ver la película detenida y la inconfundible imagen en pantalla de la cinta fundida por el intenso calor de la lámpara del proyector... y de repente: la obscuridad total de la sala. Volví muchos años atrás y casi por reflejo que grito: "Capirulo... c. de tu m."... No creo que el proyeccionista de esta sala de Box Cinema se sepa mi nombre.

 La película

Es poco lo que puedo decir.  Lo imposible es una película de desastres... con todos los ingredientes de una película de desastres: la fortaleza de algunos seres humanos; las debilidades, flaquezas y miserias de otros y, al final, la enseñanza moral que nos hace creer en el futuro. Ésta no abandona ese molde. Destacan, eso sí, la actuación de Naomi Watts, inmensa -al punto que opaca totalmente a Ewan McGregor- y los impresionantes efectos especiales, que son la carta de Hollywood para apostar al atractivo de las carteleras.

24 comentarios:

  1. Douglas:

    En mi época el cine tenía tres entradas: galería (la más barata) con bancos sin respaldo; el patio (medio valor) con sillas plegables con respaldo claro; y el palco con butacas (el más caro para la gente chic).

    Los insultos variaban de intensidad según el precio, cuando se quemaba la película: los de galería le sacaban la madre al operador sin eufemismos; los del medio, le gritaban “fulano, ¡deja la botella!. Y los del palco gritaban “¡Gallardo no seas pichirre! Esto último por otro tipo de accidente muy común que desesperaba a los espectadores: Luis Gallardo (ya llegó a los 100 años creo) tenía varios cines, y pasaba la misma película para ahorrase el alquiler de dos, en dos salas distinta por lo menos. Así que una empezaba media hora antes que otro en que pasaba la misma película. El lapso que tardaba en pasar el primer rollo y que un ciclista a toda velocidad lo llevara al otro cine. Buena la sincronización fallaba y en un cine tenía que esperar que llegara el rollo siguiente para continuar con la película. Claro el ponía un cartelito en la pantalla que rezaba “intermedio” y le resolvía el problema ( había tantos intermedios como pelones de sincronización), pues la gente salía a comerse una empanada y a otras cosas y volvía entrar con el medio tickect que le daban cuando cortaban la entrada en dos: uno lo echaban en una caja y el otro se lo daban al espectador: el que lo botara no podía salir y volver a entrar. Reglas de entonces. . Porque Gallardo que tiene fama de agarrado (muy amigo mío, por cierto) no alquilaba dos películas: una para cada cine.

    Quiero decirte que una vez en el cine Lara (19 con 28) en la parte final de la película (Mares del Sur con Burt Lancaster) el que se rasco fue el ciclista, pues no hubo continuación de la película y, eso sí ,nos devolvieron la entrada. Por años, me imaginé ese final en veinte versiones distintas por lo menos, algo como a lo Casablanca; y sólo diez años después pude verla en TV. Curiosamente, mis versiones fueron mejores en mi siempre modesta opinión.

    Para los intelectuales hay que contarle que Ludwig Wittgenstein cuando se metía a pensar un problema filosófico (a lo mejor de mariquera también) no podía sacárselo de la cabeza lo que le torturaba. Su única salida era meterse a ver películas de Chaplin supongo que varias de ellas… según el problema.

    Salud.

    Alberto Castillo

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  2. Douglas,
    obviamente todos los cines al aire libre tienen su encanto. El de mi infancia estaba en el balneario La Floresta en Uruguay y obviamente abria solo en el verano. Ahi empecé a ver por casualidad unos cowboys particulares. Tenian un aire distinto caminaban con una cadencia diferente, el ritmo de las películas era mas lento, se gastaban un aire grandilocuente y operático, los buenos no existían porque eran unos cazarrecompensas que mataban por dinero, hablaban poco y por si todo esto no alcanzara, los balazos no sonaban a pun, pun o bang bang sino a pziiiiinnnngggg!!!
    Nunca me olvidé de aquellos cowboys y los vine a redescubrir en un cineclub montevideano unos quince años más tarde, cuando ya el cine era un vicio delicioso. Los protagonistas eran Clint Eastwood y Lee van Cleef, el malo era Gian Maria Volonte. El director era un tal Sergio Leone y la pelicula se llamaba Por unos dolares mas.
    P.S. Y el proyeccionista tambien nos gritaba desde la sala de proyección cuando se quemaba la pelicula y le mentabamos la madre.

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  3. Amigo Douglas, también recordé que en el cine "Carvajal" de El Tocuyo ocurría igual (las películas que se proyectaban eran cuando ya no aparecían en la cartelera de la prensa regional y sucedía exactamente lo que describes. Muchas veces observamos como se quemaba la cinta y luego completa oscuridad), parece que el fenómeno no era exclusivo del cine "Tropical". Buenos recuerdos, gracias por escribir. Ah... el dueño del cine "Carvajal" era Angel (no recuerdo el apellido) lo apodaban Angelito y al portero le decían "El marciano"

    Roberto Quintero Rodríguez

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  4. Igualito pasaba en mi pueblo...y no sé por qué razón a todos los proyectistas les decían "cojo..." "...ya pues cojo..."

    Garviña Olea tamayo

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  5. Me causò gran extrañeza que ninguno de los veteranos cinèfilos no mencionara al inolvidable Cine Bellavista, cuyo esqueleto aùn veo cuando camino por la zona. Allì los insultos eran de antologìa, algunos entraban en motocicleta, algunos protegidos por la oscuridad se orinaban en la sala y era muy comùn llegar temprano en la tarde para el famoso y legendario intercambio de suplementos de Tarzan, Superman, Batman, Memin pinguin y un largo etcètera. Vì allì mi primera pelicula en la vida, una de Capulina, a la cual siguieròn muchas màs. Habìa Vermouth, Matinee, Vespertina y Noche. Y habia una excesiva exhibiciòn de pelìculas de Kung-fu. ¡Que tiempos aquellos!
    Del antiguo cine del centro comercial el recreo (Barrio Uniòn) tengo la anècdota de tener la osadìa de entrar con un amigo a una pelìcula censura D (aùn era menor de edad), para descubrir sentado en la butaca que era un engaño, pues la fulana pelìcula era sobre unas momias mejicanas luchando contra unos enmascarados en un supuesto cine de terror.

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    1. No te identificaste, amigo anónimo del Bellavista. Tu comentario está muy interesante.

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  6. La imagen de sus recuerdos son casi similares aunque en distintos tonos y vivencias, pero casi las mismas difiriendo solo si son citadinas del eje comercial, pueblerina o de barrio o bien con el telón de sábana colgada en una pared en la esquina o la plaza y nosotros y los otros sentados en el suelo o las sillas transportadas desde la casa, dependiendo donde estaba la casa.

    La magia de la soledad compartida en la sala obscura donde dejábamos vagar la fantasía y la entretejíamos con lo que veiamos en la pantalla, lugar de encuentros furtivos y de desencuentros también. El cine tejedor y motivo de aventuras que se tradujeron al correr de los años en las anécdotas que hoy disfrutamos. La magia del cine continúa con la misma esencia aunque el escenario y las formas cambien, la magia de la soledad compartida y la mezcla de fantasía-realidad-misterio (sobre todo el misterio) continúa y continuará, no es lo mismo ver una película en sala de nuestra casa solos que disfrutar la soledad compartida.

    Sobre la película, no me ha parecido muy buena. Excelentes los efectos especiales pero lo que sí es importante y de allí la importancia de la película es que pone en evidencia que "han aumentado los riesgos en la sociedad actual y nos encontramos con una gran incapacidad para afrontarlos, además de la complejidad de situaciones que nos tornan muy vulnerables". Piense solamente que una hecho que involucre muchas personas. un área extensa y compleja en Bto, no hay forma de minimizar los daños o simplemente actuar frente al desastre. Ayer un simple incendio en Palavecino termina en tragedia por: los bomberos no tienen equipo, las motobombas no funcionan, el sistema de vías de comunicación obstruida por malas condiciones y por incapacidad de quienes deben ceder paso. El incendio de una vivienda se combatió como hace 100 años, con todos de agua y una cadena de vecinos que lograron que un tractor acerque un tanque de agua porque en Cabudare no hay agua ni depósitos para estas emergencias.

    De alli la importancia de la pelicula, la otra es lo que debe y no debe hacerse en una situacion de desastre, segundo como conducirse y tercero nuestra total precariedad de como debe conducirse una familia en caso de desastre y por ultimo esta pelicula si es llevada a un foro sobre emergencia y desastres pone en evidencia que los cursos, talleres, conferencias, etc que se dan solo son pura charlataneria pero nada en concreto sobre que y como hacer. El ultimo ejemplo en uno de los terremotos de China en una escuela murieron todo los niños de una aldea pero en otro poblado cercano en situación similar los niños solo recibieron golpes y heridas leves y se salvaron todos, la causa es por un director de la escuela que rigurosamente enseñó que hacer a alumnos y maestros y practicaron evacuación, salvataje y protección.

    Vicente Guerrero Bernabey

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  7. Las historias personales sobre cines,se ubican entre el Bellavista,Imperio y Altagracia,en esta última sala fui testigo de una colectiva avalancha de groserías, cuando una señora se levantó furiosa e insulto a su acompañante, la razón, era una película triple x,llamada Los amores secretos de Romeo y Julieta, la pobre pareja abandonó la sala corriendo,yo creo que también sordos,dado el alto volumen de la rechifla. Hay otras en el Bellavista,que también son pateticas, en especial una asociada a la recluta y como colocaban la patrulla al finalizar la función.

    Luis Rosales

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  8. Muy reconfortante la anécdota (todo tiempo pasado fue mejor) y muy elegante tu prosa profesor, como siempre. Me llevó hasta los confines de mi Buenos Aires querido y sus gloriosos cines de barrio. Cerrando los ojos creo que hasta pude percibir el aroma a celuloide quemado. Permítame la nota sentimental: sin duda la capital del reino ofrece un amplio abanico de posibilidades cinéfilas pero nada como aquellas cálidas noches de cineforo en el Chaplin. Un abrazo fraterno a todos los que asistían y pueden seguir haciéndolo.

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    1. Gracias amigo, muy hermoso tu texto. Lástima que no nos dijiste quién eres.

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    2. Creo que puedo reconstruir: argentino, asiduo al Chaplin y nostálgico. Debe ser Ricardo Cohén.

      Si estoy en lo cierto, debo añadir: inteligente, excelente conversador y mejor amigo.

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  9. Pero te dí varias pistas... nací en Buenos Aires, viví en Barquisimeto y ahora ando por Caracas. Y por si eso fuera poco no creo en nada que esté fuera de la atmósfera salvo en los número primos. Si aplicas la ecuación de Drake seguro descubres quien soy.

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  10. Las salas de cine de entonces según cuentan eran en sus mejores momentos casi todas similares a las descritas en las notas precesoras.Las proyecciones eran de igual manera con las mismas características. Cuando empece a ir al cine en mi Maracaibo querido iba al más cercano de mi casa:El Alcázar, era una sala grande, techada y bien acondicionada con aire y demás.Pude ver a Lila Morillo en persona cuando empezaba su carrera de cantante y la estaban promocionando.Las películas más vistas eran en semana santa cuando nos llevaban al cine a ver la Pasión de Cristo y Los 10 Mandamientos, entre otras, luego ya con mayoría de edad y si tenías platica podias ver otra cartelera más actualizada.

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    1. Gracias por tu comentario, maracucho. Me gustaría saber tu nombre.

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  11. ¡Ah! y que me dicen de los autocines,recuerdo que era niña, no más de 10 años, ibamos en el volkswagen de el novio de mi hermana, eramos tres pequeñas , nos sentaban delante donde va el conductor y el copiloto y ellos detrás .... siempre pensé que nunca vieron ninguna película. Los autocines eran frescos,cómodos y al aire libre creo haber visto aún uno por los Chaguaramos en Caracas.Igual en donde se proyectaba la película aparecían rayones, pero para aquellos días todo estaba perfecto.
    Buenos Douglas, me he trasladado por el tiempo con todos sus comentarios.
    Saludos
    Flor

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    1. ¡Ah! ¿O sea que la película estaba atrás... y además era censura D?

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  12. Adriana Ciccaglione9 de febrero de 2013, 11:44

    JaJaja, desde el primer momento que leí esta anécdota por twitter me eché a reír, pero con un poco de discreción, pues me imaginaba el mal rato que había pasado Douglas en el cine... no fue sino hasta 5 minutos después que el propio Jiménez me llamo todo desparpajado que entendí que sí valía la pena reirse de este tipo de cosas que ocurren.
    Y debo agregar que a Douglas siempre le pasan este tipo de realismo mágico en el cine, o cómo explicar que yo ando vuelta loca buscando a Guillermo García el protagonista de la película venezolana Azul y no tan rosa, y resulta que en la función que entró Douglas estaba el actor tal cual un espectador más (por lo menos eso fue lo que me contaron) ¿No es injusto? Yo vi la peli dos veces y no me pasó.
    Hoy me río un poco más, ya que cada quien ha agregado una anécodta diferente y pintoresca de los cines. A mi no me ha ocurrido nada parecido, la única vez que cortaron una película después de la primera hora fue en Merida, sonó un timbre tal cual recreo, del tiro y no me muero del susto, pensé que nos estábamos incendiando o algo malo pasaba... Cuando vi a uno de los merideños que nos acompañaba me dijo: "Adrianita es la hora de ir al baño y comprar lo que quieras, aprovecha". De verdad era un recreo, no sé si todavía hacen eso, además en la mejor parte del filme, espero que no...
    En cuanto a Lo Imposible, ya lo hemos conversado pero lo reitero a través de este blog. La actuación de Naomi Watts es demasiado buena, se merece el Oscar como mejor actriz, pero no es la favoorita para esta edición. El maquillaje de ella en el seno, en las píernas y en resto de las personas es increible. Se documentaron bastante bien, pues yo he leído y he visto documentales sobre el el tsunami que asoló la costa del Sudeste Asiático en 2004 y es tal cual como lo describen en la peli... Además está basada en un hecho de la vida real y de verdad que cuando uno termina de ver la peli, se siente agradecido con Dios de no pasar por circunstancias ni siquiera parecidas.
    Un abrazo Douglas, recuerda llevarme al cine la próxima vez que vayas, Adriana Ciccaglione

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  13. Adriana, todo esto te llama mucho la atención porque estás muy jovencita. Los que tenemos alguito más de edad y, además, somos provincianos tuvimos la experiencia de disfrutar de salas de cine que eran organismos vivos, con personalidad propia en las que ir al cine era bastante más que ver la película. Desde hace tiempo digo que en nuestro país desaparecieron los cines, para dar paso a unas salas de proyección, en las que la película es una mercancía más, quizás de menor importancia, que otras como los refrescos, las chucherías, etc. Te recomiendo una obra maravillosa del arquitecto Nicolás Sidorkovs que se llama "Los cines de Caracas en los tiempos de los cines".

    Efectivamente, cuando fui a ver "Azul y no tan rosa" estaba el protagonista en la sala. Pero no tuve oportunidad ni siquiera de saludarlo, porque un tsunami femenino lo arrasó, evidentemente sin creerse el papel que acababan de ver representar al tipo. Sin embargo, lo más "real maravilloso" no fue eso, sino que al estar en la cola de pago del estacionamiento llamo a mi amigo Juan Luis Rodríguez para comentarle la anécdota y me dice: "Pero si está pasando en este momento delante de mí"; lleno de sorpresa, le pregunto: "¿Dónde estás tú?" y me responde "En Las Trinitarias". Lo cómico del asunto era que estábamos como a treinta metros de distancia en ese mismo momento. Por supuesto que fue él quien te contó la anécdota.

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  14. Mi quuerido Douglitas como comprenderás Barquisimeto sigue siendo un pueblo, un pañuelito pues y claro que el chismoso de la anécdota es mi amado Juan Luis, qué te puedo decir...
    Lo de jovencita es que ni lo pienso discutir, es completamente cierto, una niña aún que quede claro por favor, jajjaja...
    De igual manera tienes imán para ese tipo de cosas y mientras sea así, lo único que te puedo recomendar es que las escribas, tal cual lo hiciste ahora y por supuesto lo compartas con todos nosotros, que de algo nos tenemos que reir en momentos tan dificiles.
    Un abrazo y nos vemos el 24 para los Oscar!!

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  15. Sumándome a las anécdotas, por vínculos familiares frecuenté en mi infancia a la Familia Gallo de Cocorote. Por el patio de la casa había un ventanuco o puerta pequeña, por donde, agachaítos, podíamos ver la película del cine de los Gallo sin pagar, tampoco recuerdo que el cine tuviera nombre. La primera y única vez que me asomé la película era de terror, demás está decirles que como era impresionable, me paré de ahí temblorosa y chorriá. Hubo muchas noches de pesadilla con escenas de la mencionada, y no hubo poder humano que me convenciera de volver a asomarme, y hasta hoy ni por equivocación veo películas de terror. Sólo la Mirna Montes me convenció de ir a ver el exorcista y pasé toda la función con los ojos tapados.

    Giomar Sequera

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  16. Tengo una historia del cine Zulmar de Caripe. Allá los de patio llevaban sus silletas, de madera y el asiento de piel de vaca. y cuando la pelicula se achicharraba gritaban "mi boliva, mi boliva" con las correspondientes mentadas, sonando las silletas... Gracias Amigo!! Besitos

    Giomar Sequera

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    1. Esa misma frase se gritaba en el Junín de San Felipe, donde pasaban las mexicanas de charros.

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