viernes, 23 de septiembre de 2011

La belleza femenina

¿La belleza es un concepto absoluto? Si fuera así, ¿cómo es que nos incomodan las decoraciones a base de maltratos faciales que realizan las féminas de algunas tribus africanas? Es de suponer que, dada la popularidad que entre ellas adquieren estos extraños adornos (por así decirlo), algún papel deben tener en el misterioso juego de la atracción sexual. ¿Les gustarán nuestras reinas de belleza a los varones de estas tribus?

Lector... seguro estás pensando: “¿Por dónde viene esto: por la matemática o por el cine?" Porque, en todo caso, estamos hablando de un tema que posiblemente le interese al Sr. Osmel Sousa, zar de la belleza en Venezuela, pero no a quien dicta un curso de álgebra o análisis. Debe ser de cine, entonces, porque la belleza femenina es un tema muy importante para el cine. Sin embargo, como suele suceder, la matemática tiene sus caminos para imbricarse en todo aspecto de nuestras vidas. El Dr. Stephen Marquardt, cirujano plástico norteamericano, ha ideado una máscara especial, concebida como un modelo al cual debe ajustarse el rostro femenino para producir lo que llamamos “atracción”. Lo interesante para nosotros es que Marquardt ha decidido usar matemática en el diseño de su particular artificio de trabajo, en lo que se ha denominado el Análisis de la Belleza de Marquardt o ABM.

Según Marquardt, tanto la belleza como la respuesta a ella pueden cuantificarse en una relación de proporcionalidad directa: a mayor belleza, mayor intensidad de la respuesta. Ahora bien, el elemento básico en la construcción de su máscara es una relación que conocemos desde los lejanos tiempos de los pitagóricos: la relación áurea. Para conseguir esta relación áurea basta tomar un segmento cualquiera y dividirlo en dos partes desiguales, de manera que la relación de tamaño entre todo el segmento y la parte mayor de la división sea la misma que hay entre esta parte mayor de la división y la parte menor. El pentágono regular es una fuente natural de la relación áurea, pues sus diagonales se cortan en esa razón y la máscara de Marquardt se origina a partir de un pentágono regular, tal como se puede ver en este video.

La relación áurea ha recibido muchos nombres a lo largo de la historia: división en extrema y media razón, sección dorada, la proporción de Fibonacci. Los tiempos modernos, en que los matemáticos tienden a convertir todo en número, la conocen como Φ (Phi), que es la vigésimoprimera letra (mayúscula) del alfabeto griego, y la han caracterizado como un número irracional cuyo valor es aproximadamente es 1,618. Con esta relación desarrollaron los griegos la mayor parte de su obra artística. El Partenón, por ejemplo, está permeado por la relación áurea en cada uno de sus detalles.

Marquardt también ha diseñado su máscara apoyado en la relación áurea y su técnica consiste en detectar las desviaciones del rostro de la paciente respecto a la máscara, con el fin de ajustarlas a ella. De esta manera, dice Marquardt, aumenta el poder de atracción del rostro.

Como es de suponer, tan atrevida concepción no podía pasar sin generar polémica. Con la misma matemática con la que Marquardt ha pretendido sostener su técnica, se le ha refutado y ya aparecen artículos científicos negando la pretendida eficiencia del Análisis de Belleza de Marquardt, algunos de los cuales señalan que lo que el cirujano plástico tiene en mente es un modelo de belleza muy particular, lo cual nos hace retornar al principio del post. La belleza nos produce sensaciones agradables, entre ellas la ternura. Cuando vemos a una madre orangután acariciar tiernamente a sus críos... ¿no tenemos que deducir que los encuentra bellos? ¿Y entonces?

2 comentarios:

  1. Hola Douglas!

    Primero déjame felicitarte por tu blog, es muy interesante y divertido. Lo vengo siguiendo desde el principio, aunque ésta es la primera vez que participo...bueno siempre hay una primera vez...

    Hace algún tiempo estuve leyendo sobre temas relacionados al número de oro y la noción de belleza, por lo que me ha parecido interesante participar en tu foro aportando algunos datos adionales a este post. Por ejemplo, en el caso de los hombres, la máscara de Marquardt tiene algunas diferencias, sobre todo en cuanto a la mandíbula pero en general el patrón es el mismo.

    Ahora internet permite encontrar muchos sitios que ofrecen la posibiidad de descargarse una plantilla de la máscara de Masquardt, que puede usarse para comprobar si un rostro se ajusta a la divina proporción, o para adaptarlo. Uno de estos sitios es BeatyAnalysis.com.

    Con respecto a estudios opuestos a los de Marquardt: en 1995, en un artículo publicado en la revista Perception, el profesor Christopher Green, de la Universidad de Toronto, mostró que, en conjunto, no habia evidencias de que el ser humano tuviera alguna preferencia por el número de oro por encima de ninguna otra, sin embargo, también comentó que muchos otros científicos sí habían proporcionado pruebas sugiriendo que dicha preferencia pudiera existir.

    Más sorprendente y reciente es el experimento que la antropóloga y bióloga polaca Grazyna Jasienska y su equipo idearon en 2006: Para descubrir si las mujeres simétricas (o las más ``adaptables'' a la máscara de Marquardt) tenían niveles más elevados de la hormona estradiol (clave para la reproducción). Su equipo publicó los resultados en la revista Evolution & Human Behavior. Compararon para esta prueba los dedos anulares izquierdo y derecho de 183 mujeres polacas de entre 24 y 36 años; y encontraron que aquellas mujeres cuyos dedos diferían en largo en más de dos milímetros (el grupo asimétrico), tenían sus niveles de estradiol un 13% más bajos que el promedio.

    Abajo copio las referencias de los dos artículos que menciono y uno más reciente de G. Jasienska y colaboradores:

    1) C. D. Green, All that glitters: a review of psychological research on the aesthetics of the golden section, Perception, 24 (8) (1995), 937-968.

    2) G. Jasienska, S. F. Lipson, P. T. Ellison, I. Thune, A. Ziomkiewicz, Symmetrical women have higher potential fertility, Evolution & Human Behavior, 27 (5) (2006), 390-400.

    3) G. Jasienska, B. Pawlowski, Women's body morphology and preferences for sexual partners' characteristics, Evolution & Human Behavior, 29 (1)(2008), 19-25.


    Un fuerte abrazo,

    Vicky

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  2. Vicky:

    Gracias por participar y además hacerlo de esta manera tan completa, informativa y bien documentada. Apuntas que es la primera vez... espero de todo corazón que no sea la última.

    Ciertamente también la máscara de Marquardt se aplica a los hombres, cosa que yo no comento en mi post. Ahora bien, te confieso que lo que no voy a hacer es bajar uno de esos modelos que comentas que hay en internet, porque sé que voy a salir raspado (reprobado... para los amigos de otras latitudes). Me hiciste recordar una anécdota del querido Diomedes Bárcenas que, en una conferencia, hablaba del uso del número de oro en "El hombre que calculaba", y bromeó de lo lindo jugando a las proporciones sobre su propio rostro.

    Correspondo a tu abrazo.

    Douglas.

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