martes, 13 de septiembre de 2011

Ágora de Alejandro Amenábar

Ágora es palabra proveniente de la antigua Grecia; nombra un lugar de concentración ciudadana en la que, además del comercio, bullía una intensa actividad política, intelectual y de organización social. Las plazas de los pueblos fueron alguna vez continuación del ágora, los centros comerciales modernos se han convertido en remedos insuficientes de la misma, pues su bullicio interior gira alrededor de la contemplación pasiva de vidrieras.

El ágora como centro de inquietud espiritual se trasladó a todas las ciudades en la esfera de la dominación griega, por lo que Alejandría, situada en Egipto no solo no escapaba de este destino, sino que además lo mantuvo hasta que dejó de ser la referencia cultural que irradió luz desde el Medio Oriente a la plenitud de la Tierra conocida en ese entonces. Sobre esa premisa se sostiene la excelente película Ágora del director español Alejandro Amenábar.

Como este blog va tanto con el cine como con la matemática, estamos obligados a decir que la película trata de la vida de Hipatia, una mujer de excepcional belleza e inteligencia, hija del filósofo y recopilador Teón, quien nació, creció y murió en Alejandría en el siglo V d. C. Entre sus múltiples saberes, la matemática, la física y la astronomía ocupaban un lugar especial en la prodigiosa mente de Hipatia, al punto de que la película que comentamos se toma la licencia de presentárnosla como descubridora de la concepción heliocéntrica, según la cual la tierra gira alrededor del sol en una elipse, uno de cuyos focos está en la posición del sol. En realidad, este es el contenido de la primera ley de Képler para todos los planetas del sistema solar, formulada 12 siglos después de nuestra heroína.

Pero esto no nos importa a los amantes del cine, acostumbrados como estamos a no exigirle a nuestro preciado arte ninguna exactitud histórica: quien quiera aprender historia que use los libros, no vaya al cine. El cine es para mostrar belleza y la escena donde Hipatia expone su apócrifo descubrimiento es de una hermosura y sensualidad impresionantes.

Otra mentira, quizá algo menos tolerable, gira alrededor de la forma trágica de la muerte de Hipatia, que Amenábar dulcifica, pues fue producto de la intolerancia religiosa y el tema aparece en la película suficientemente desarrollado. Perseguida por el poder político de un hombre a quien luego se llamó San Cirilo, la mujer fue literalmente despellejada con conchas de moluscos y luego quemada en plaza pública. Su único delito era pensar y comunicar su pensamiento. Pero ya sabemos que para algunas mentalidades los pensadores son siempre peligrosos.

15 comentarios:

  1. Siempre los pensadores que comunican han sido peligrosos para los que tienen el poder. Espero no tener el final de Hipatia. Saludos.

    Dioscoro Monasterios

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  2. Una escena que me conmovió en la película fue cuando el antiguo alumno y enamorado de Hipatia, transformado en soldado romano, comienza a curiosear entre los materiales didácticos de ella, sintiendo renacer su pasión por las matemáticas. El momento culminante de esa escena es cuando encuentra el cono de Apolonio y lo proclama con gran emoción. Verdaderamente una bella película. Quiza algo recargada en lo de denuncia política en desmedro de la matemática, pero, en fin, es algo subjetiva mi valoración.

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  3. Si mal no recuerdo (no tengo la película a la mano) esa escena es la preparativa a la exposición heliocéntrica que comento en la entrada. El enamorado es Orestes y la escena se filmó con una sensualidad impresionante. Jamás me imaginé que la teoría heliocéntrica pudiera ser presentada con tanto erotismo.

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  4. Difiero en lo de que la película hace denuncia política. En todo caso lo que denuncia es la intolerancia. Como dijo el mismo Amenábar, en este caso le tocó a los cristianos del siglo III d.C, pero la intolerancia es la intolerancia, no importa de donde venga.

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  5. Sorry! En realidad son los cristianos del siglo V d.C.

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  6. Sí, acepto cordialmente tu aclaratoía, Douglas. Denuncia la intolerancia y esta no tiene sello político específico. Lo que traté de indicar es que, en mi percepción (aunque hace algún tiempo que ví la película), la situación de intolerancia en la sociedad de ese entonces prevalece en la atmósfera general de la película. No digo que eso sea malo o bueno, sino que para mi gusto hubiera preferido más relación entre matemática y tránsito vital de las personas. Para mí es dificil describir lo que quiero dar a entender. Por ejemplo, la película Blade Runner logra, desde mi punto de vista, que elementos problemáticos de la inteligencia artificial y su relación con lo humano prevalescan en toda la película, sin que eso signifique una denuncia social o algo así.

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  7. La película tiene todos los elementos "gancho" muy bien elaborados: fotografía, guión, actores, tema, escenografía, fotografía... todos muy bien logrados, agradables y lúcidos. Sin embargo, la transmutación del drama a nuestros tiempos me llevó a una comparación automática innecesaria, lo que me distrajo de otras y ,siento, restó a profundidad al drama y a un guión más original.

    Concuerdo conque se disminuyó el filón matemático de la historia, del cual se pudo haber sacado cine mucho más original del que vimos, donde al final me sentí frente a un capitulo largo de una telenovela histórica brasileña.


    A ratos, la brillantez de las cosas, lo impecable de los escenarios, lo nítido de todo me acercó más a un comercial de detergente que al clímax de lo que fue una de las capitales más cultas de la era. La misma escena de la destrucción de la biblioteca la sentí aséptica en extremo, siendo ya una película para el consumo EEUU creo le faltó un poco más de efectos especiales.

    Aún así, al final, se la recomendé a mi hija Verónica para que vea cosas más interesantes que la saga de lo vampiros novios de ese momento.

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  8. Estimado amigo Anónimo:

    Me parece muy inteligente tu uso de "Blade Runner" para establecer un símil con lo que quieres dar a entender; por lo menos a mí se me hizo suficientemente claro. Ahora bien, intuyo que eres matemático por el hecho de haber "preferido más relación entre matemática y tránsito vital de las personas". Sin embargo, es bueno observar que la matemática no era una protagonista intelectual en la época, de hecho, Hipatia era más respetada como filósofa neoplatónica que como matemática. La gente que asistía a sus conferencias iba en busca de filosofía, la ciencia era un soporte de la filosofía (cosa que lamentablemente parece haberse perdido).

    Hipatia era una suerte de neoplatonista escéptica, pero con una amplia visión que le permitía rodearse de alumnos de todas las religiones, y presumo que el hecho religioso era objeto de un análisis descarnado, tal como pudiera serlo la rotación de la tierra o cualquier hecho natural. Esto irritó a Cirilo, que fue un tenaz defensor de los dogmas; evidentemente Hipatia podía ser cualquier cosa menos dogmática e invitaba a sus discípulos a asumir idéntica actitud. Las consecuencias no se hicieron esperar.

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  9. Mi estimado Capitán:

    Concuerdo contigo en lo hollywoodesco de la película; Amenábar nunca ha sido ajeno a ello ("Tesis", "Abre los ojos", "Los otros", "Mar adentro") y siempre ha parecido más un director norteamericano que español: no es un Bigas Luna ni un Almodóvar; por supuesto, menos que menos, un Berlanga. Algo de esto lo comenté en mi entrada sobre "Mi nombre es Khan" (la que antecede a esta entrada).

    La estética norteamericana la conocemos de memoria: los gestos faciales y los encuadres de cámara que nos hacen llorar, las iluminaciones y destellos que nos hacen enamorarnos de algún personaje, etc. Por eso algunos espectadores no pueden comprender la belleza formal de películas como "The visitor" (norteamericana, por cierto) en las que el protagonista es un profundo mundo interior y los sentimientos vienen expresados en los diálogos, sin necesidad de juegos de cámara o iluminaciones especiales.

    Sin embargo, no hay que dejar de reconocer que el cine de Amenábar cumple con los propósitos que el director se propone al desarrollar la historia y, en particular, "Ágora" es una muestra de cine inteligente y bien documentado, a pesar de que ya he comentado algunas inexactitudes históricas. Yo creo que es altamente recomendable para los jóvenes... y para los no tan jóvenes también.

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  10. Un placer leerte amigo. Más allá del arte o de la historia real, es terrible saber que el hombre es capaz de hacer tanto daño a un semenjante, más aún por pensar. Liliana Lima

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  11. Pués sí, amigo Douglas. Digamos que soy un aficionado a las matemáticas y también formo parte del grupo que un escritor llamó "los arduos alumnos de Pitágoras" (o algo así). imagino que con esas dos referencias sabes de quien se trata. Saludos y hasta luego.

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  12. Gracias, Liliana por leer y comentar.

    Amigo Anónimo, el problema es que también tengo muchos amigos borgianos a quienes les gusta la matemática. Es más, creo que a todo matemático que le dé por la lectura termina tarde o temprano en las redes de Borges.

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  13. ¡Te acabo de descubrir, Tomás, por un correo de agosto! Lo que pasa es que no creo que se te pueda llamar precisamente "aficionado" a la matemática.

    Gracias por estar pendiente del blog.

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  14. ¡ERROR! ¡ERROR! ¡ERROR! Aunque lo de Borges es correcto, lo que indica que eres un fervoroso lector del inmortal escritor genial ciego. No soy Tomas. Soy Pablo Pérez, no el gobernador de la República del Zulia (al que deseo éxito en su carrera política) sino el profe del Poli. El problema es que también hay muchos Pablo PÉREZ.
    En adelante identificaré los mensajes, como lo hizo Liliana.

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  15. Je, je, je. ¡Qué casualidad! En estos días le envié a Tomás Guardia (excelente matemático) un fragmento de ese poema.

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