viernes, 26 de marzo de 2021

NADIE QUIERE LA NOCHE (2015)

 

 

El cine de Isabel Coixet es un cine femenino, en el sentido de que sus protagonistas son siempre mujeres enfrentadas a situaciones emocional y físicamente adversas. Es un cine que no resalta el feminismo, en tanto no tiene ninguna intención de revancha, resalta la feminidad, la capacidad de la mujer para la lucha con la inteligencia como su arma principal.

En Nadie quiere la noche hay un protagonista masculino invisible durante toda la película: el capitán Peary. El impulso vital de su esposa Josephine (Juliette Binoche) proviene de la admiración ante la obra de su marido, pero es un impulso que no conoce barreras y no admite dificultades. Lamentablemente, tiene mentalidad de conquistadora y asume derechos sobre los territorios y las personas en ellos, derechos que parecen provenir de su exclusiva voluntad de dominio.

Sin embargo, la conquistadora es conquistada por alguien que no le ofrece la menor resistencia y, a cambio de sus embates y proclamas, solo puede dar amor e ingenuidad. En la soledad más sola que puedan encontar seres humanos, a la que se añade la adversidad de los designios de la Naturaleza, Josephine termina comprendiendo que su voluntarismo es inútil y su única posibilidad de supervivencia es doblegar la voluntad ante el amor.

Binoche está grande, como siempre, pero no le hace sombra a Rinko Kikuchi, quien nos ofrece un papel inolvidable.

Recomiendo esta película ampliamente. (Recomiendo cualquier cosa de Isabel Coixet, además.)

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