domingo, 8 de diciembre de 2019

HISTORIA DE UN MATRIMONIO



Hasta que la muerte los separe es una suerte de undécimo mandamiento, la premisa que traza las líneas maestras de una parte del desiderata social impuesto a la relación de pareja. Pero, como pasa con tantos otros elementos de este conjunto, ¿no se hace cuestionable en algunas circunstancias? ¿Es correcto mantener una unión aún cuando la vida en común signifique hasta la dificultad de respirar el mismo oxígeno? ¿Se traduce obligatoriamente esa dificultad en la pérdida del amor que alguna vez motivó la constitución de la unión? 


Son éstas las interrogantes que intenta responder el excelente trabajo de Noah Baumbach, que se distribuye por la plataforma Netflix. Película excepcional, por sus aportes particulares, no deja sin embargo de evocar en nosotros otras obras maestras de tema similar, como Escenas de un matrimonio de Bergman o Kramer vs Kramer de Benton. No obstante, su estructura narrativa le da un ritmo especial, que envuelve hipnóticamente la atención del espectador desde el propio comienzo del film, donde los contrastes entre personajes y acciones marcan la pauta de una tensión emocional íntima, que no nos abandona durante todo el desarrollo de la película. Los movimientos de cámara, la iluminación (adoro el manejo de la luz en esta película), la administración dosificada de los primeros planos tan personales y los planos generales, tan descriptivos del drama interno, hacen de esta obra un producto verdaderamente notable.

Pero lo que, sin duda descuella, son las actuaciones. Scarlett Johansson, en su papel de Nicole, está sorprendentemente deslumbrante, superando con amplitud los alcances que de ella obtuvo Woody Allen en Match Point, pero Allen no pudo evitar la tentación de mostrar la diva. Por contraste, este trabajo con Baumbach es de una intensidad tal que niega todo divismo y hace recordar registros de Meryl Streep. A partir de esta obra, Johansson pasa de ser la actriz que vas a ver porque está buena, a la actriz que vas a ver porque es buena. Adam Driver, quien hace a Charlie, por su parte completa el par actoral protagonista que corresponde a la intensidad de la película. Driver es de ese tipo de actores (como Wilhem Dafoe) que, carentes de un rostro como el de Brad Pitt o Robert Redford (en su momento), imponen su presencia en la pantalla a base de talento puro. El dueto Driver-Johansson nos comunica íntegra y esencialmente la profundidad del drama que presenciamos.

El plantel de reparto está totalmente a la altura, en particular los abogados, representados por Laura Dern, Ray Liotta y Alan Alda. La entrevista inicial entre Nora (Dern) y Nicole hace presagiar una tormenta moral que terminará en desastre; la resistencia de Nicole, sin embargo, alienta nuestras esperanzas. El objetivo de Nora es crematístico, Nicole se refugia en el amor que aún existe a pesar de las diferencias. (Una invectiva feminista antimariana pronunciada por Nora debería estar en cualquier antología de las actuaciones de Laura Dern.) Por su parte, Charlie -siempre dubitativo- oscila entre el humanista Bert (Alan Alda, a quien vimos ya como abogado altanero y aristócrata en Nothing but the truth de Rod Lurie) y el monetarista Jay (Ray Liotta). La puja de Nora y Jay en el tribunal -precalificada por la primera como una "pelea callejera"- casi sugiere un remake de Kramer vs Kramer.

El título de la película contradice su contenido, pues no se trata -como sí lo fue Escenas de un matrimonio- de una historia de vida conyugal, sino de su ruptura. Pudiera llamarse más bien, Reseña de un divorcio. No obstante el tema de la obra fílmica, lejos de ser el desamor, es todo lo contrario: una oda al amor, pero un amor que ya no puede concebirse en términos de unión física o habitacional. Sin ninguna concesión a la cursilería o efectismos hollywoodescos, Baumbach nos demuestra -a partir de pequeños detalles vivenciales- que el deseo o la necesidad de la separación no es incompatible con el amor más profundo, con el respeto al otro, con la obligación debida al mantenimiento de su integridad moral, con el rechazo a cualquier cosa que pudiera poner al otro en minusvalía. Para eso sirve hasta el detalle de arreglar un cordón suelto en el zapato.

Todo proceso de ruptura es doloroso, ya está dicho en el Demian de Hesse: quien quiere nacer tiene que destruir un mundo. Posiblemente, en algún momento, las palabras duras sean tan necesarias como las amorosas. La emoción drena de múltiples maneras pero, como siempre, al final lo importante es que la balanza que mide nuestras acciones se incline hacia el lado de lo bueno, en el sentido más platónico del término.

13 comentarios:

  1. Excelente comentario que invita a ver la película. Anotada en mi lista de vacaciones, gracias Douglas.

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  2. Comentarios muy acertado, actuaciones impecables, pelicula de "Oscar". Gracias por la recomendación.

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    1. Gracias, amigo. Lamentablemente no pusiste tu nombre. Muy generosa tu observación.

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  3. Como siempre, impecable y convincente tu narrativa. La anoto y seguro que la disfruto. Mucha falta hace recomendaciones secudas ante la ingente oferta que podemos disfrutar. Extraño mucho tus recomendaciones, no las distancies!

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  4. Gracias, Luis Daniel, por tu generosidad. Eres el tipo de lector que anima a uno a seguir en esto.

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  5. Excelente todo lo que es o trata del AMOR puesto que DIOS ES AMOR y asi la vida.....Solidaridad y respeto con el AMOR

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  6. Así es, amigo(a). Lamento que no hayas puesto tu nombre.

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  7. Muy bueno tu análisis y comentarios, la genialidad de Baumbach; al final destacas “el amor profundo, el respeto” quizás te refieras al AGAPE ( junto a philia y eros) del cual habla el Psicólogo W Rizios. Saludos, Freddy Ferrer

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  8. No he visto la película, pero después de leer tu análisis voy a buscarla. Me parece importantísimo lo que dices: el amor profundo supone preservar el respeto y cuidado del otro incluso cuando irremediablemente no es posible la convivencia. Gracias Douglas.

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    1. Así es, amiga Lupe. No hay que dejar que los desastres opaquen nuestra humanidad. Es un tema difícil cinematográficamente hablando, pero Baumbach lo logra muy bien.

      Un abrazo.

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  9. ¡coño! ¡qué vaina más buena! Me encantó la película, me encanta tu analisis y como siempre quedo con ganas de preguntarte un montón de cosas pero voy a concentrarme en una: la película da a entender que ambos aún se aman aunque se esten separando, ¿supongo que debes tener alguna buena sugerencia para ver o leer de este tema? Pero, si es posible, de la manera como lo tocan aquí ¿algo así como personas que se aman pero no son compatibles para vivir como pareja?... de verdad me encanta como de alguna manera tocan ese tema, incluso cuando se odian y tratan de herirse la escena de vuelve un acto de amor, demasiado bueno.

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